DUELO
El duelo es la reacción psicológica o el dolor emocional que sentimos tras sufrir una pérdida. Por lo tanto, es un proceso normal por el que pasamos y en el que tenemos que ir adaptándonos a una nueva realidad.
Superar la pérdida de un ser querido, es uno de los procesos más duros que tenemos que afrontar en la vida, ya que la pérdida de un ser querido, sea por la muerte o el fallecimiento de esa persona o por la ruptura sentimental con nuestra pareja significa romper inesperadamente con lo que ha sido nuestra vida hasta ese momento. Todo a partir de ahora se ve de forma diferente y necesitamos un tiempo para adaptarnos, pero no debemos perder de vista que el duelo es un proceso normal que debemos pasar y cuya evolución, habitualmente, progresa hasta la superación.
La intensidad y duración del duelo es diferente para cada persona, y depende de muchos factores: las circunstancias de la muerte, la relación que manteníamos con la persona fallecida o el grado de unión con el ser querido, la existencia de conflictos no resueltos, la edad del fallecido, etc
Pero, generalmente, la mayoría de las personas suelen pasar por diferentes etapas o fases durante la elaboración del duelo. Esto no significa que todos debamos pasar necesariamente por todas las fases ni en el mismo orden, porque cada persona experimenta el duelo a su manera y hay tantos duelos como personas.
La primera fase del proceso de duelo es la fase de shock o estupor que se caracteriza por encontrarnos en un estado de desconcierto y embotamiento. Es frecuente tener sentimientos de irrealidad o de incredulidad. Se trata de un estado protector ante la amenaza de un gran dolor. Es común que aparezca la negación de la pérdida del ser querido.
La segunda fase es la de rabia o agresividad, podemos sentirnos enfadados con aquellas personas a las que consideramos responsables de la pérdida, o incluso podemos enfadarnos con nosotros mismos y culparnos de la muerte o de la ruptura. En esta fase, suelen aparecer sentimientos de desamparo o injusticia y fluctuaciones intensas de nuestro estado de ánimo.
La tercera etapa es la de desorganización o desesperanza y es en la que empezamos a tomar conciencia de que nuestro ser querido no volverá. Se caracteriza por un sentimiento de tristeza casi constante, apatía, desinterés, tendencia a abandonarnos y porque nos emocionamos con mucha facilidad. Es en esta fase en la que algunas personas “sienten la presencia” del ser querido.
La cuarta y última fase es la de reorganización, en ella notamos como poco a poco vamos adaptándonos a la nueva situación y el recuerdo del ser querido empieza a cambiar de ser una emoción dolorosa a una emoción reparadora.
A lo largo de todo el camino que conforma el duelo debemos ir consiguiendo diferentes objetivos:
- Aceptar la realidad de la pérdida.
- Experimentar el dolor de la pena sin bloquear los sentimientos ni negar el dolor.
- Adaptarse a un mundo en el que el ser querido está ausente.
- Recolocar emocionalmente a nuestro ser querido y mirar hacia el futuro.
Todo esto forma parte de un proceso de duelo normal, pero en algunas ocasiones, las personas no elaboramos correctamente la pérdida y aparece lo que denominamos duelo patológico.
Si alguien ha muerto recientemente, estás pasando por una ruptura sentimental o hace ya tiempo que todo esto ha pasado, pero no puedes superarlo, con tratamiento psicológico puedo ayudarte a afrontar y superar este duelo. Trabajaremos en el manejo de ese dolor, la rabia, la agresividad, los sentimientos de desesperanza, culpa, tristeza, ansiedad y te ayudaré a adaptarte y a organizar tu nuevo mundo.
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