La depresión es un estado en el que nos sentimos constantemente invadidos por la tristeza, la apatía, la sensación de vacío, la irritabilidad ante cualquier pequeño detalle, constantes ganas de llorar, falta de energía, falta de interés por hacer cosas que siempre nos han gustado, dificultades de concentración, cambios de humor y sensación de fatiga. Estos síntomas suelen estar presentes en la mayoría de los casos de trastorno del estado de ánimo.

Por otro lado, existen otros síntomas característicos de estos problemas que varían de unas personas a otras, hay quienes experimentan un aumento del apetito, sin embargo otros notan una disminución del apetito, sienten que no tienen ganas de comer; algunas personas sufren insomnio o dificultades para dormir, otras, por el contrario pasan la mayor parte del tiempo durmiendo, hay personas que sienten una mayor agitación o nerviosismo y otros se quejan de que se notan más lentos a la hora de hacer cualquier actividad. Son dos caras de una misma moneda, y como todos somos diferentes, cada uno lo experimenta de una forma u otra.

Es común que en algunos momentos de la vida las personas nos sintamos de esta manera, con un estado de ánimo bajo o deprimido, pero debemos pedir ayuda cuando esta situación nos supera y no sabemos cómo manejarla, cuando esta situación se mantiene durante un periodo largo de tiempo o cuando interfiere en nuestra vida normal, afectando a nuestra vida social, laboral, familiar o simplemente a nuestro bienestar general.

La terapia psicológica para el tratamiento de la depresión se centra en primer lugar, en el tratamiento de los sentimientos de culpa excesivos, en la baja autoestima y en los pensamientos negativos y catastróficos que siempre están presentes, y que desencadenan toda la sintomatología depresiva descrita anteriormente. Posteriormente, damos importancia y tratamos el resto de la sintomatología y todos los factores que influyen en ella para conseguir que recuperes el equilibrio en tu vida y vuelvas a sentirte feliz.